Repoblación de Sierra Espuña


Ricardo Codorníu y Stárico (Cartagena, 1846 - Murcia, 1923) fue un ingeniero de montes español de los siglos XIX y XX.

Entre sus trabajos más destacados se puede mencionar la reforestación completa de Sierra Espuña en la Región de Murcia, labor que comenzó en 1889, así como la restauración de la pinada de Guardamar del Segura, trabajo que se realizó como método para contener el imparable avance de las dunas que amenazaban el pueblo.
Por su dedicación al medio ambiente y su defensa de los bosques fue bautizado como el "Apóstol del árbol". Su pensamiento puede enmarcarse dentro del movimiento regeneracionista que se extendió en la España de finales del siglo XIX.

Fue también un destacado esperantista, fundando en 1902 la Sociedad Murciana de Esperanto.
Fue además el abuelo materno de otro importante ingeniero, Juan de la Cierva, inventor del autogiro.

Bueno, que sepáis que este hombre salvó con sus repoblaciones, a la gente que vivía en las partes bajas de Sierra Espuña, ya que la deforestación anterior, llevada a cabo sobre todo para carboneo y leña, había desprovisto al suelo de la sierra de algo que lo sujetara. Tras las lluvias torrenciales que repetidamente se suelen y solían dar en la región de Murcia, avalanchas de lodo e inundaciones que provocaron la muerte y el abandono de hogares para cientos de personas, como ocurrió especialmente en la llamada Riada de Santa Teresa.
En el mundillo de los forestales y naturalistas es conocido sobre todo por los trabajos de repoblación forestal llevados a cabo en la Sierra de Espuña, en el sudeste árido, utilizando criterios ecológicos y sostenibles, cuando nadie hablaba de estos conceptos. Según se cuenta, la plantación se realizó a lomos de mula y partiendo de viveros preparados sobre el terreno, utilizando semilla de planta local; para sitios inaccesibles disparaban piñones con escopeta, repoblando en total unas 5000 ha. La repoblación duró 12 años, y en los 20 años siguientes el paisaje de esta Sierra cambió radicalmente, por lo que en 1931 se  declaraba Sitio de Interés Nacional
Hacia 1889 Ricardo Codorníu realiza una visita a la Sierra de Espuña. La desolación que le producen los paisajes descarnados y desérticos que contempla desde el Morrón de Espuña le animan a emprender la ambiciosa empresa de repoblarla en su totalidad, acción en la que no cejó durante toda su vida, convirtiéndose ésta en la actuación medioambiental mas relevante de este ecologista antes de que existiera esa palabra.
     La empresa de reforestación había partido en 1888 de la mano de la Comisión de Repoblación de la Cuenca del Segura, pero los estudios orográficos y climáticos llevados a cabo por Codorníu y su labor repobladora lo convierten en el personaje al que debemos el aspecto actual de este paraje natural.

Además, estudió el gradiente altitudinal y los requerimientos hidrológicos de las especies que utilizó, para luego plantarlas de acuerdo a sus nichos ecológicos. Por ejemplo el pino carrasco (Pinus halepensis), el rodeno (P. pinaster), el negral (P. nigra) e incluso el silvestre (P. sylvestris) y el negro (P. uncinata) han sido observados en esta sierra.


Fue, en suma, uno de los pioneros que iniciaron en España los trabajos de restauración hidrológico-forestales. Además de consumado humanista y esperantista, fue un apasionado de la naturaleza, conocedor y divulgador de las bondades de ésta para con el ser humano.

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