Artesanos del mimbre (cesteros) en Camacha, Madeira

La artesanía de mimbre es una de las principales industrias de la isla de Madeira. Los arbustos de mimbre de la zona proporcionan la materia prima: varas de varios tamaños y diámetros. Antes de usarlas, se cortan, se pelan y se hierven para hacerlas más elásticas y, por lo tanto, más fáciles de trabajar. Esto les da su característico color amarronado. Es entonces cuando están preparadas para secarse.

Con esta materia prima se fabrica un amplio abanico de objetos de todas las formas y tamaños tales como bandejas, cestas, muebles, gran variedad de piezas decorativas y lo más importante: los cestos para los carros de mimbre de Monte (de los que hablaré más adelante), todos hechos a mano.

Camacha es hoy el mayor centro de producción. Sus artículos de mimbre aún se fabrican y exportan tradicionalmente a todo el mundo. Los turistas pueden visitar la sala de exposiciones de estos artículos, ver cómo se hacen y, quizá, adquirir algún producto de mimbre de su amplia colección.

Camacha es un pequeño y bello pueblo situado en las colinas, a unos kilómetros al este de Funchal. Es famoso por su Festival de la Manzana y por sus activos grupos de bailes folclóricos.
A Camacha también se la denomina “el pueblo de los cesteros”, aunque no le hace justicia, ya que es mucho más que eso... ¡es el centro de la industria artesana del mimbre de toda Madeira!

En la actualidad confeccionan muebles, sombreros, ornamentos, utensilios de cocina, portabotellas y por supuesto... cestas, de todos los tipos y tamaños. En total, más de 1000 artículos diferentes en exposición, ¡obligatorio para cualquier turista!




Algunos de los graciosos animalillos que se podían encontrar allí. Ciervos, patos, gatos, perros, leones, elefantes, jirafas...




Información sacada de las páginas http://www.madeira-live.es/es/wickerworks.html, http://www.madeira-web.com/PagesS/camacha.html

Antigua entrada de Madeira (a quién pueda interesar).

Comentarios

  1. Muy curioso, como se estimula la imaginación para trabajar con diferentes materiales disponibles.
    Una pena que se le esté volviendo la espalda a cosas que tenemos gratis en la naturaleza, como el mimbre y la anea, prefiriendo importarlo de oriente antes que trabajarlo aquí. Quizás algún día tengamos que volver a usarlos y no tengamos quien los sepa trabajar.
    Menos mal que en algunos sitios la industria del turismo ayuda a conservar tradiciones.
    Saludos

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  2. Precioso y lindo trabajo que ya esta practicamente en desuso con las maravillas que se puede hacer.
    Saludos y buen d¡fin de semana.

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  3. Es una pena que este oficio haya desaparecido en tantas poblaciones de España. Todavía es posible ver en las riveras de los ríos las mimbreras que antaño sirvieron para proporcionar la materia prima, con esa forma de poda que se llama en pie de sauce.

    Un saludo.

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  4. Me encanta. Estas cosas artesanales habría que mantenerlas siempre.

    Un saludo Josélez.

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  5. Verdaderamente es una pena lo que está ocurriendo con los antiguos oficios, los trabajos de toda la vida de nuestros pueblos y ciudades (pero sobre todo pueblos) que se están perdiendo así, poco a poco e inexorablemente...

    Es verdad, Jesús, que a veces lo que a priori parece que destruye las tradiciones, puede hacer que se conserven. El turismo bien entendido puede hacer aflorar (o al menos recordar) de nuevo nuestro acervo cultural más interesante. Saludos.

    Efectivamente, Pizarro, es un trabajo digno de recordar, que a veces crea maravillas que casualmente puedes encontrar en los pueblos y mercadillos más escondidos. Saludos.

    Interesante lo que dices, Fernando, sobre las podas en pie de sauce. He visto mimbreras, pero creo que sin podar. Voy a investigarlo. Saludos.

    Siii, Miazul, a veces hay cosas preciosas y sorprendentes. Vale la pena conocerlas y apreciarlas. Un saludo, Mamen.

    Por cierto, gracias a todosa por comentar y disculpad mi retraso. Ando bastante liado, lo que no me deja mucho tiempo para el lío blogueril. Ciao!

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