CRUCERO por el MEDITERRÁNEO
¡Lo prometido es deuda! Aquí empieza una serie de fotos reflejando cierto viaje por mar este verano, por el Mediterráneo, de una semanita. El primer día (sin contar el día que salimos y que estuvimos viajando después de salir de Barcelona)
visitamos la Costa Azul, el segundo día Florencia, el tercero Roma, el cuarto Nápoles y Pompeya, el quinto Túnez y el último día fue todo viaje de vuelta. Empezaremos por el primer día de viaje propiamente dicho:
Esto es lo que veíamos al llegar a Barcelona: un buque inmenso, más grande de lo que imaginábamos, y es que alguno de nosotros tenía miedo a ir mareado todo el rato (yo tengo que decir que un poco también).
Al embarcar tienes que pasar por una pasarela ¡Vacaciones en el mar! Lástima que no hubiera nadie para despedirnos, como en el Titanic... La verdad es que entre que llegas, tienes que esperar un montón para embarcar, luego dentro esperar para llegar a tu camarote, cuando llegas lo ves todo muy bonito, casi como de película.
También hicimos un simulacro, aunque tal y como fue menos mal que no hubo ninguna alarma en el viaje, porque la gente estaba de cachondeo y no escuchaba las órdenes (parecían una panda de adolescentes sobrehormonados ¿a qué me suena eso?...). Pasamos la noche en "alta mar"; los camarotes, muy coquetos.
Aquí al llegar a Villefranche, en plena Côte d'Azur, fue toda una sorpresa ¡cuánta luz! y la gente como loca en la piscina, ya tempranito...
Un "barquito" que andaba cerca, las peleas por las hamacas que empezaban ya, y por dentro todo era de un lujo asiático...
Las vistas de Villefranche eran muy bonitas, y el mar superazul, como corresponde a la Costa Azul, of course...
Llegamos a Villefranche y el grupo numeroso se separó en distintas rutas y excursiones: nosotros elegimos ir por las callejuelas coloridas del pueblo pesquero, coger un tren hacia Montecarlo (Mónaco), y allí ir al Oceanográfico, porque no teníamos demasiado tiempo.
Ya en Mónaco:
Al fondo se aprecia el famoso Casino de Montecarlo, una escultura al lado de un edificio importante donde varios soldados hacían la guardia, y ¡una escultura hecha de chapas! Fue de lo que más me gustó de Mónaco, más lo que viene ahora: El Instituto Oceanográfico.
Fuera, un par de cacharrines: una oruga de las expediciones polares, y un submarinillo-batiscafo. Al lado, la puerta del Oceanográfico.
Más adelante, pondré un post exclusivo del Oceanográfico, que da para mucho más. De momento, las imágenes de los recibidores o antesalas de las grandes salas:
¡Pececillos del mar!: uno típico de los corales, un pez cofre y uno mediterráneo, Thalassoma pavo (si no me equivoco).
Más: una anémona con acompañantes (me encanta esta foto), unos peces roca y un pez escorpión (tengo que mirar qué especies son):
Curiosa portada de antigua revista científica; la verdad es que el Oceanográfico no era muy grande, porque la parte de exposición sólo ocupa una parte del edificio, comprometido con la investigación, pero me gustó mucho. Un par de salas con esqueletos y miles de bichitos en formol (cosa que les encanta a los ratones de museo, como yo):
Salimos a todo correr para no perder el tren, ni el barco, y llegamos al "hotel" cansados y con ganas de acostarnos pronto, porque al día siguiente madrugábamos: ¡Íbamos a Florencia!
Paisajes de Mónaco, y dos de Villefranche a la derecha.
La verdad es que Villefranche era un pueblo muy pintoresco, con historias de piratas y todo. Bueno, espero que os haya gustado, ¡hasta la próxima! Ah, y espero no haberos aburrido con demasiadas fotos, creo que ese es mi mayor defecto. Pero decídmelo, si me he pasado...
visitamos la Costa Azul, el segundo día Florencia, el tercero Roma, el cuarto Nápoles y Pompeya, el quinto Túnez y el último día fue todo viaje de vuelta. Empezaremos por el primer día de viaje propiamente dicho:
Esto es lo que veíamos al llegar a Barcelona: un buque inmenso, más grande de lo que imaginábamos, y es que alguno de nosotros tenía miedo a ir mareado todo el rato (yo tengo que decir que un poco también).
Al embarcar tienes que pasar por una pasarela ¡Vacaciones en el mar! Lástima que no hubiera nadie para despedirnos, como en el Titanic... La verdad es que entre que llegas, tienes que esperar un montón para embarcar, luego dentro esperar para llegar a tu camarote, cuando llegas lo ves todo muy bonito, casi como de película.
También hicimos un simulacro, aunque tal y como fue menos mal que no hubo ninguna alarma en el viaje, porque la gente estaba de cachondeo y no escuchaba las órdenes (parecían una panda de adolescentes sobrehormonados ¿a qué me suena eso?...). Pasamos la noche en "alta mar"; los camarotes, muy coquetos.
Aquí al llegar a Villefranche, en plena Côte d'Azur, fue toda una sorpresa ¡cuánta luz! y la gente como loca en la piscina, ya tempranito...
Un "barquito" que andaba cerca, las peleas por las hamacas que empezaban ya, y por dentro todo era de un lujo asiático...
Las vistas de Villefranche eran muy bonitas, y el mar superazul, como corresponde a la Costa Azul, of course...
Llegamos a Villefranche y el grupo numeroso se separó en distintas rutas y excursiones: nosotros elegimos ir por las callejuelas coloridas del pueblo pesquero, coger un tren hacia Montecarlo (Mónaco), y allí ir al Oceanográfico, porque no teníamos demasiado tiempo.
Ya en Mónaco:
Al fondo se aprecia el famoso Casino de Montecarlo, una escultura al lado de un edificio importante donde varios soldados hacían la guardia, y ¡una escultura hecha de chapas! Fue de lo que más me gustó de Mónaco, más lo que viene ahora: El Instituto Oceanográfico.
Fuera, un par de cacharrines: una oruga de las expediciones polares, y un submarinillo-batiscafo. Al lado, la puerta del Oceanográfico.
Más adelante, pondré un post exclusivo del Oceanográfico, que da para mucho más. De momento, las imágenes de los recibidores o antesalas de las grandes salas:
¡Pececillos del mar!: uno típico de los corales, un pez cofre y uno mediterráneo, Thalassoma pavo (si no me equivoco).
Más: una anémona con acompañantes (me encanta esta foto), unos peces roca y un pez escorpión (tengo que mirar qué especies son):
Curiosa portada de antigua revista científica; la verdad es que el Oceanográfico no era muy grande, porque la parte de exposición sólo ocupa una parte del edificio, comprometido con la investigación, pero me gustó mucho. Un par de salas con esqueletos y miles de bichitos en formol (cosa que les encanta a los ratones de museo, como yo):
Salimos a todo correr para no perder el tren, ni el barco, y llegamos al "hotel" cansados y con ganas de acostarnos pronto, porque al día siguiente madrugábamos: ¡Íbamos a Florencia!
Paisajes de Mónaco, y dos de Villefranche a la derecha.
La verdad es que Villefranche era un pueblo muy pintoresco, con historias de piratas y todo. Bueno, espero que os haya gustado, ¡hasta la próxima! Ah, y espero no haberos aburrido con demasiadas fotos, creo que ese es mi mayor defecto. Pero decídmelo, si me he pasado...
Que gozada de imagenes quien pudiera darse el gusto del crucero.
ResponderEliminarSaludos abrazos y buen fin de semana.
Hola Joselez ¿y cual quitas? creo que estan las justas para la explicación que has dado, de una manera amena como es tu costumbre.
ResponderEliminarLas fotos muestran perfectamente los lugares que has visitado, con lo que me parece que nos vamos a hacer un crucero precioso desde la sillón de casa y sin riesgo de mareos. Que bien.
Un abrazo
Estupendo paseo que nos has regalado. Gracias. Se respira el azul, y se intuye su infinitud.
ResponderEliminarMagnífico reportaje, no te has pasado para nada, ha sido como estar ahí contigo, de tu mano.
ResponderEliminarGracias por compartir tan bellas imágenes
Un abrazo
Hola, Josélez, he llegado a tu blog sin saber que ya te seguía. Sorprendente y grata ha sido la impresión. Deliciosas fotos que enriquecen la vista al contemplarlas. Un crucero con la magia del mar siempre es muy tentador. Y nos lo presentas de forma que estamos a tu lado, compartiendo ese placer, entre la sinfonía de dos azules, del mar y del cielo.
ResponderEliminarSaludos!!.
Al contrario Josélez, cuando se esta tan agusto y con estas maravillas de fotos, te quedas con más ganas de conocer cosas nuevas.
ResponderEliminarUn placer hacer éste crucero tan bonito.
Un abrazo
Qué chulas las tres últimas fotos del oceanográfico, Joselez :D Anda que no te lo tuviste que pasar bien ni nada... qué envidia -de la mala, que la buena no existe, jiji-.
ResponderEliminarSabes?, vi un documental hace tiempo, en el que decían que la invasión por Caulerpa taxifolia en el Mediterráneo había comenzado -según parecía- justo en oceanográfico de Mónaco, debido a la limpieza de los tanques que albergan especies tropicales. Se ve que claro, el agua resultante de los lavados iba a parar al mar, y así lo que tenemos. No sé si lo sabías, pero me lo has recordado vaya.
Un besito, muy chulas las fotos, como siempre XD
P.s. yo quiero ver las de Pompeya. Estuve a punto de ir el año pasado, ais... aunque un amigo que estaba de estancia con una beca allá, me dijo que Herculano molaba más, nu sé XD Algún día :D
ESo si que es vida y lo demás es cuento. Que cantidad de sensaciones tan interesantes. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro muchismo de que os haya gustado. Otro día daré un empujoncito más al viaje.
ResponderEliminarMuchos besotes y abrazos a tod@s. ¡Me voy corriendo a dormir, que mañana madrugo!
Hola Joselez, menudo viajecito estupendo hiciste y además ilustrado con un montón de fotografías estupendas.
ResponderEliminarEstoy deseando ver esa segunda parte con el oceanográfico!!!
Un saludo.
Pero qué envidia más cochina, jolinessss... Me alegor mucho, las fotos preciosas!!
ResponderEliminarQue no, Josélez...que las fotos no cansan, que gustan, que son un gusto, que se está muy a gusto viajando contigo en este crucero virtual...
ResponderEliminarPor cierto, aunque me embarqué un poco tarde me has dado un camarote de primera. ¡Gracias y hasta pronto!
Hola a todos, os quiero agradecer uno a uno o una a una el haberos pasado por aquí y haber comentado. Me pasaré por vuestros respectivos blogs y así veo lo que se cuece, que estoy de un despegado...
ResponderEliminarMuchas gracias a todd@s. Besetes y Abrazotes...
Hola Joselez
ResponderEliminarMe encanta el reportaje. Un crucero, que aconsejo a todo el mundo que, si puede, lo haga, porque soy de los que piensan que hay que poner un crucero en nuestras vidas, porque independientemente de los lujos y ese sentimiento de glamour que acompaña a todo crucero, y a las relaciones tan etéreas como el aire y la vida que se hacen a bordo y que desaparecen al finalizar el crucero, está el sentimiento de libertad, de conocer en pocos días muchos destinos que, posteriormente pueden ser lugares a visitar en vacaciones o escapadas.
Yo hice uno hace pocos años que me llevó desde Atenas a Venecia pasando por Turquía, islas griegas y Dubrovnic.
Muy bueno el reportaje y ya tardas en subir el siguiente, jeje
Un fuerte abrazo
Miguel Nonay
............
www.asaltodemata.com
Entre que las imagenes son una pasada y la envidia que nos das... jopé que suerrrrrrrrrrrtaza!!! y que bonito es viajar, aunque sea en bicicleta, pero es tan bonito... :)
ResponderEliminarMe encantó tambien la entrada anterior, ¡que paisajes! y la introducion a las orquideas, con lo que me gustan a mi :)
Un bico enorme :)
Jo pues tiene muy buena pinta. Los sitios preciosos. La única pega que le veo es que yo no sé si sería feliz entre tantísima gente, jaja. Y quizá el poco tiempo que te puedes quedar en las ciudades, que seguro me sabría a poco, pero por lo demás es una experiencia. Qué bien estar todo el rato navegando por el mar y observándolo. A mí me gustaría ¡Me estás dando envidia!
ResponderEliminarMuy guapo el viaje y, detalladas las visitas. Yo no viajo ya, ni en bote a remos.
ResponderEliminarLas fotos muy buenas, no cansan y, además, te ahorran texto.
Tienes un entretenido y acogedor blog.
Saludos.
Pizarro, es un gustazo para mí visitar sitios nuevos. Lo "malo" es que me invitaron, no podía negarme, qué le vamos a hacer...
ResponderEliminarSaludos y abrazos también para tí.
Gracias, Abi. Tú, tan amble como siempre. Espero que este crucero "hogareño" y sin mareos os guste hasta el final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ana, me alegro de que te pases por aquí. Me alegro de que te guste, estás invitada siempre que quieras.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Begoña, siempre recibo buenos comentarios de tu parte.
ResponderEliminarNo, de verdad, me alegro que os gusten, gracias a vosotros.
Un abrazo
Gracias, Luis G., un gustazo compartirlo con gente como vosotros, que me tratais tan bien y me decís cosas tan bonitas como la que has escrito.
ResponderEliminarSaludos
Hola, Pili. Si es que sois de un agradecido... ¡así da gusto! La verdad es que se pasa bien en el crucero, pero hacer las entradas me da la oportunidad de revivirlo, y encima os lo pasáis bien... ¿qué más se puede pedir?
ResponderEliminarHola, superV, a mí también me gustan mucho. Me lo pasé como los chinos, que se dice por aquí, yo que soy un ratoncico de museos de Historia Natural y similares... y este está bastante bien. Tenía sus exposiciones permanentes y las temporales, como la del Ictiosaurio, que tenía un nombre. Creo que la llamaban Anna. Las salas estaban llenas de materiales antiguos (o seres en formol, o antiguas separatas del Oceanográfico, o aparatejos, etc. Muy chulo.
ResponderEliminarSí, desgraciadamente parece que fueron ellos los de la Caulerpa taxifolia. Veo que estás muy bien informada. Aunque también se han puesto las pilas para limpiar fondos, pero ya sabes que no hay forma, sólo manualmente y con mucho cuidado, evitando que se escape ningún trozo del alga que pudiera servir de propágulo... en fin.
Muchas gracias, riquiña.
P.D.: paciencia, querida V. La verdad es que fue un sitio que me encantó. Pero creo que antes irán las de Florencia y Roma, si lo hago por orden cronológico. No sé yo lo de Herculano, porque no lo ví...:D
Y que lo digas, don fernando. Muy interesante. Como dice Miguel, vale la pena probarlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Montse, yo encantado de que te pases por aquí.
ResponderEliminarYa verás más partes... no solo la segunda, seguro que me pasaré, con tantas partes como días tenía el crucero.
Saludos
Gracias, Biónica... así os dan más ganas de viajar por allí, besotes;D
ResponderEliminarHola, capitán Barbadillo, usted no llega nunca tarde, llega en el momento justo.
ResponderEliminarGracias y nos vemos pronto...
Hola, Miguelón.
ResponderEliminarSabes que suscribo una a una las palabras que has dicho? Es cierto todo, pero lo mejor es que te da la oportunidad de visitar (en plan viaje relámpago, eso sí) sitios donde normalmente no irías en un mismo viaje, te ofrece la oportunidad de visitar a la vez destinos muy alejados entre sí, aunque sean del mismo país, combinados con los de otros países. Es una pasada, quitando la masificación, las colas, el pijerío y los problemillas que pueda haber. ¡Ponga un crucero en su vida! No es obligatorio, ya sé que está a precios prohibitivos para muchísima gente, pero han bajado mucho respecto de como estaban antes.
Un abrazo fuerte, también
Me alegro que te gustaran, Merce. La verdad es que sí, fue una suertaza. Es verdad, lo mejor de la vacaciones es viajar, cuando se puede y como se pueda... A mí me faltan tantos lugares de la península por ver... y las islas... bueno, voy a parar, porque si no, me queda casi todo el mundo, je,je.
ResponderEliminarMe alegro que te gustasen también, las orquídeas son tan chulas... Bicos :)
Hola Mamen, los sitios fueron alucinantes. Te acostumbras a la gente. Además siempre hay ratos donde estas con la gente que te gusta, no siempre estás rodeada de gente. A mí tampoco me gusta el que haya mucha gente. Estar tan poco en las ciudades te deja como a medias, pero... a mí me ha dado ganas de viajar más tiempo a esas ciudades, me han abierto el apetito. Y ver el mar es una pasada. Lo que más me impresionó, ya que yo vivo cerca del mar y lo veo a menudo, fue ver la luna llena reflejada en el mar, totalmente de noche, en cubierta, cuando no hay nadie. Ahora entiendo que sea tan romántico! Es de una belleza espectacular, y en silencio, te permite casi oír tus pensamientos. Bueno, no sigo, que tampoco os quiero matar de envidia...
ResponderEliminarBesotes:):):)
Pues nada, Javier, hay que viajar, si se puede. Nada como ver paisajes nuevos, aprender copstumbres e historia de otros lugares. Para mí es de lo más enriquecedor.
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí y por tus palabras, saludos.