Repoblación de Sierra Espuña
Ricardo Codorníu y Stárico (Cartagena, 1846 - Murcia, 1923) fue un ingeniero de montes español de los siglos XIX y XX. Entre sus trabajos más destacados se puede mencionar la reforestación completa de Sierra Espuña en la Región de Murcia, labor que comenzó en 1889, así como la restauración de la pinada de Guardamar del Segura, trabajo que se realizó como método para contener el imparable avance de las dunas que amenazaban el pueblo. Por su dedicación al medio ambiente y su defensa de los bosques fue bautizado como el "Apóstol del árbol". Su pensamiento puede enmarcarse dentro del movimiento regeneracionista que se extendió en la España de finales del siglo XIX. Fue también un destacado esperantista, fundando en 1902 la Sociedad Murciana de Esperanto. Fue además el abuelo materno de otro importante ingeniero, Juan de la Cierva , inventor del autogiro. Bueno, que sepáis que este hombre salvó con sus repoblaciones, a la gente que vivía en la
Por lo que dicen tiene que ser de gran belleza contemplar el lugar estos dias.
ResponderEliminarBonito reportaje.
Besos
Hola Joselez, por aquí también tenemos nuestro "Jerte" particular el Valle de Las Caderechas, un pequeño valle cargado de cerezas y manzanas reinetas que da gusto verlas y comerlas.
ResponderEliminarPor el Jerte he pasado pero cuando estan recogiendo las cerezas que tampoco está mal, jajaja.
Un abrazo
Preciosas y bellas imagenes.
ResponderEliminarSaludos.
¡Y esas cerezas que publican, Josélez! ¡Qué ricas!
ResponderEliminarQuizás -y es mi percepción personal- sea éste un paisaje sobrevalorado. O quizás sea porque lo conozco bien, y desde mi infancia, que no lo valoro en justicia.
A mi me gusta el paisaje que la cereza deja en mi paladar: recién prestada por el árbol, deshaciéndose en la boca, aún con sus azúcares vivos.
Recomiendo, pues, conocer éste mismo paisaje cuyas flores se transforman en un fruto dificilmente igualable en sabores, sensaciones.
Un abrazo, Josélez.
Todos los años afortunadamente, es noticia el Valle del Jerte. Tú Josélez, has captado toda la intensidad lumínica provocada por las flores de los cerezos. Una maravilla.
ResponderEliminarSaludos.
Me consuelo, Josélez, porque tus fotos son una maravilla, pero me encantaría ir al Valle del Jerte a ver ese espectáculo en directo ¡es una asignatura pendiente para mí!
ResponderEliminarMil besos por esos mil cerezos en flor!!
Si que ed de una gran belleza, pareja.
ResponderEliminarBesos murcianicos
Hola, Abi. Me lo apunto, porque me encantan las reinetas y las cerezas, je,je,je... gracias por la información.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegra que te gusten, Pizarro.
ResponderEliminarSaludos
Me lo apunto, Paco. Lo de las cerezas tiene muy buena pinta también. El paisaje es muy bonito, quizá os pasa como nosotros con los almendros que son más de aquí de Murcia, que son preciosos pero al verlos muchas veces te acostumbras y no te dicen mucho, pero a alguien de fuera le impresionan. Gracias por tu intercambio de impresiones, por cierto.
ResponderEliminarBienvenido al blog ¿o debería decir rebienvenido?
Un abrazo.
Gracias, Javier. Viniendo de alguien con tanta sensibilidad naturalística como tú, para mí es un honor.
ResponderEliminarSaludos
Naaaada, ya sabes que algún año te escapas, Montse. No te defraudará. Lo malo es que hay mucha gente, y eso tira p'atrás...
ResponderEliminarMil besos!