Jornada pajarera con Peter H. y Jan en Cabo de Gata (birdwatching en estado puro)

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Voy a empezar por el principio. Por si alguien no lo sabe, soy un apasionado de los pájaros, aunque no se me note. Y es que no soy de los que sale a menudo a verlos, no me voy siempre que puedo a anotar unos cuantos más para la lista, sino que salgo muy de vez en cuando, casi siempre voy con mi hermano.
Él sí qué es un entusiasta. Desde pequeños, cuando no sabían qué regalarnos a los dos gemelos, nos regalaban libros sobre naturaleza. Empezaron quizá, en la comunión, o quizá antes. Los primeros eran finitos, casi cuentos. Pero resulta que uno de los que más nos marcaron fue un librito verde, estrecho. Era nuestra primera guía seria. E iba sobre aves, era una guía de aves. Era una guía de bolsillo, y tenía una funda oscura (que ya está perdida) y unas tapas duras, verde oscuro. Recuerdo la emoción de ir buscando en las páginas las aves que avistábamos en nuestras excursiones.



El caso es que esta guía en cuestión nos descubrió un vívido mundo de pájaros y aves de intenso colorido y bello plumaje, así como una inmensa variedad de aspectos, cantos, comportamientos, posturas... que podían tener las aves de nuestros campos, decorados con exquisitos y sensacionales dibujos.

Teníamos como diez años, y el libro en cuestión era muy práctico para llevarlo al campo, ya que era pequeño y ligero, aunque como he dicho contenía información valiosísima para nosotros. Cada vez que salíamos con los scouts, en las excursiones, pero sobre todo en los campamentos de

Las Acebeas (Jaén)

verano a Jaén, nos llevábamos nuestra guía, que no nos defraudaba, a pesar de reflejar sobre todo una avifauna europea, que no estrictamente española. ¡Cómo disfrutábamos! Me acuerdo como si fuera ayer de ver con aquellos primeros prismáticos mi primer zorzal charlo, mis primeros trepadores azules, totovías, carboneros garrapinos, etc., etc.

Más tarde nos regalaron también otras guías de aves, como la de Bertel Bruun y Arthur Singer, que era ya una "pedazo" de guía, mucho más gorda y más completa. Pasaron los años, yo me fui a la Universidad, estudié Biología y empecé a trabajar. Una de las cosa en que más gusto me daba gastarme el dinero, era en guías. No sólo de aves, tengo un montón de guías de fósiles, minerales, rocas, mamíferos, insectos, invertebrados y muuuchas de plantas. Además, para el visu de la oposición necesitaba reconocer de un vistazo (de visu) todas esa cosas, por lo que seguí con el vicio. Seguramente haga algún post de las guías que tengo, puesto que, aunque no sea original (el gran Copépodo se me adelantó), da para una buena entrada, porque hay que ver la de material que acumula uno. Pero de momento, céntrate, hombre, que ibas a contar una cosa...

Bueno, estamos en el presente. Trabajo con hordas de seres vivos de mi misma especie (al menos aparentemente) a quienes importan tres pepinos la naturaleza y los seres vivos. Una de las cosas que me hace salirme de la rutina es irme entonces con mi hermano a ver pájaros, a pajarear. Así que, cuando mi hermano dice: ¿Nos vamos? No sólo es el perro el que se pone como loco a saltar con la correa en la boca, yo también (en sentido figurado, claro, no creo que debieráis imaginarme con una correa en la boca y saltando) me pongo muy contento. Y resulta que hace una semana me dice que ha quedado con alguien que conoció hace un tiempo en Almería, para ver pájaros. Y ¿con quién había quedado? Pues nada más y nada menos que con Peter Hayman, el autor del libro con el que comenzaron nuestras andanzas por la naturaleza.



Pajareros y varios libros de Peter Hayman


Ah, bueno, de mi hermano no he dicho nada, pero al igual que yo siempre estaba dibujando, y pintando, así que sus estudios siguieron por ese camino. Después de diversos encontronazos con la dura realidad de que no se puede vivir fácilmente de tus pinturas en Murcia, fue dando bandazos y actualmente dibuja y pinta (aves sobre todo) en diversas publicaciones para una institución muy seria y respetada de la región o comunidad del mismo nombre.


Una publicación y una imagen hecha por mi hermano de un azor (Accipiter gentilis)


Volvemos al fin de semana pasado. Yo le había dicho a mi hermano que por supuesto que sí, que no me lo perdía por nada del mundo, así que me fui el domingo pasado ocultándole a todo el mundo que tenía unas anginas que, sin ser aún de caballo (como me suelen dar), eran ya incipientes, y prometían bastante. Para el que no lo sepa, pasarse horas observando aves, con prismáticos o telescopio, además de no ser muy bueno para las cervicales, es malísimo si tienes la garganta delicada y estás en un sitio muy ventoso. Y se cumplieron las dos condiciones...


Esto es buenísimo, si tienes las cervicales hechas polvo...

Bueno, el caso es que el día fue fenomenal; el Peter este, aunque no tiene casi ni papa de español es muy gracioso, y aunque yo sé algo de inglés, lo que más ayudó fue que viniera acompañado de su vecino Jan, un hombre entusiasta donde los haya, respetuoso y una de esas personas que hace que todo el mundo se sienta cómodo, no sé si me entendéis. Mi hermano no sabe mucho inglés tampoco, así que entre Jan y yo solucionábamos algunos problemillas de interferencia en los mensajes (aquello parecía el juego del teléfono roto), aunque ya digo que Jan era el traductor oficial y que mis muchos años de escuela oficial de idiomas se quedan en mantillas con este hombre, que habla flamenco e inglés perfectamente, español un poco peor, pero tampoco demasiado mal.


Tres imágenes desde la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras, y en Cabo de Gata: un gorrión común (Passer domesticus) y unas duchas en la playa.


El paseo de Cabo de Gata pueblo, y un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) posado en un arbolillo en el centro de la imagen (si la ampliáis lo veréis mejor). Aspecto de las dunas con vegetación halófila.

Aunque la pareja de extranjeros y nosotros dos, éramos el centro de las miradas de los lugareños con caras de extrañeza en cabo de Gata.

El Centro de Visitantes de Las Amoladeras, ágaves o pitas para dar y regalar (creo que Agave sisalana), y un observatorio con telescopio en las Salinas de Cabo de Gata:



Una gaviota reidora (Larus ridibundus) y una Garceta común (Egretta garzetta) en las salinas:


Aquí tres de nosotros observando en las Salinas de Cabo de Gata...¿será un pájaro, un avión...? y hablando de lo que habíamos visto.


Lo más interesante para mí es que vimos, entre el Centro de información Rambla de las Amoladeras, las Salinas y el faro, un montón de aves, seguro que me dejo alguna:

Cogujada montesina (Galerida thecklae)
Terrera marismeña (Calandrella rufescens)
Verdecillos (Serinus serinus)
Pardelas cenicienta (Calonectris diomedea)
Alcatraces (Morus bassanus)
Cuervos (Corvus corax)
Flamencos (Phoenicopterus ruber)
Cigüeñuelas (Himantopus himantopus)
Correlimos menudo (Calidris minuta)
y común (Calidris alpina)
Archibebe claro (Tringa nebularia), A. común (Tringa totanus) y A. oscuro (T. erythropus)
Andaríos chico (Actitis hypoleucos)
Ostrero! (Haematopus ostralegus)
Avoceta (Recurvirostra avosetta)
Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)
Gaviota patiamarilla (Larus cachinnans)
Águila pescadora (Pandion haliaetus)
Águila culebrera (Circaetus gallicus)
etc...

Más fotos:


Acercándonos al Cabo de Palos, y un águila culebrera (Circaetus gallicus)


Una gaviota patiamarilla (Larus cachinnans) y las rocas donde se posaban, junto al faro.


Imágenes del faro de Cabo de Gata. Phoenicurus ochruros hembra (Colirrojo tizón)


Un belga, un inglés y un español. Otra gente, e imágenes del ocaso.


Imágenes desde la carretera. Las salinas y sus montones de sal, otra vez.


Flamencos (Phoenicopterus ruber) , un archibebe común (Tringa totanus) y una aguja colipinta? (Limosa lapponica). Aquí ya casi no había luz.

¡No vimos al famoso camachuelo trompetero, ni a la Alondra de Dupont! ¡snif! Pero lo pasamos estupendamente, con una gente muy maja. Eso sí, la faringitis galopante que me caracteriza en cada cambio de tiempo, hizo acto de aparición, pero valió la pena. Estar con un peso pesado de los ilustradores británicos y un crack en identificación fue una emocionante. En serio. Fue un día memorable...

Thank you, Peter and Jan!

Comentarios

  1. Mmmmmmmmmm¡¡¡¡¡Qué envidiaaaaaaa!!!!. No he podido dejar de mandar este mensaje.
    Ya sé que andas bastante mejor. Me alegro. Besicos.

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  2. Muy bonita entrada, he rememorado muchas sensaciones parecidas en excursiones gratifcantes con amigos especialistas en un tema. Pero lo que más me ha llegado es esa sensación de las primeras guías y las primeras identificaciones en el campo.
    ¡Que buenas eran para iniciarse las guías folio! Tenían un formato perfecto.
    Saludos.

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  3. Gracias, aprendiz. He supuesto que la entrada os gustaría a mucha gente. Gracias por pasarte por aquí. Recuerdos a las chicas. Besicos

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  4. Es que esas excursiones son las mejores, Jesús, aprendes un montón de la gente que sabe. El tema de las guías es muy emocionante cuando empiezas, te descubren un mundo maravilloso, y como muy bien dices, las folio eran muy buenas. Teníamos un par más que guardo como tesoros. Me alegro que te haya gustado.

    Saludos

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  5. Hola Joselez, ¿así que tu tambien eres pajarero?

    Bueno por lo que se ve en las fotos vais en comandita a ver las aves pasar, un poco rollo tanta gente, pero supongoque es la manera de verlas ir al sitio adecuado y claro eso es lo que piensan los demas.

    Muy buen reportaje sin duda.

    Un abrazo

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  6. Sí, Abi, yo soy de esos...

    No, Abi, no lo dejé claro, pero las primeras fotos deonde salen varios pajareros no son mías, sólo fuimos 4 personas. Prefiero poca gente, pero bien avenida ,je,je... y no me gustan las aglomeraciones, aunque sea para ver pájaros.

    Gracias, un abrazo para tí también, Abi.

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  7. Qué envidia!! Me ha encantado la historia que has relatado de cuando érais niños. La verdad que el pajareo es todo un mundo, y muy satisfactorio. Qué ilusión la primera vez que ves uno que llevas buscando tiempo ¿verdad? Un saludoo!!! ;-)

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  8. Siiiii, Mamen, es supersatisfactorio cuando ves pájaros que sólo conocías por los libros, y luego los ves en la realidad... es un mundo apasionante, luego vas a por las aves más raras, o ya te detienes más en ver el comportamiento. El caso es que es muy interesante ¡y hace mucha ilusión, como tú dices, ver uno que quieres ver desde hace tiempo! Saludoooooos!!!:)

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  9. Joselez, qué emociones tan hermosas son estas que nos traes. Cómo me he sentido de identificado contigo: las primeras guías, sencillas y finitas, que fueron dando paso a una afición por la observación de la naturaleza (y de las aves) que tan gratificante nos resulta. Es cierto que con el tiempo uno se vuelve más exigente consigo mismo y con lo que ve, pero a mí me encanta incluso ver a los gorriones comunes revoloteando cerca, o a un simple pero hermoso cernícalo cerniéndose en algún descampado, junto a la carretera, cuando vas con el coche. Y las escapadas al monte son lo más de lo más en cuanto a desconectar del tumulto y la compañía de seres de nuestra especie, jeje.

    En cuanto a poder pasar un día con el autor de un libro que nos marcó tanto, compartiendo la afición que, en cierto modo, colaboró a despertar en nosotros… ¡es maravilloso! Te guardo envidia (sana, que conste) por ello. :)

    Por cierto, no sé si llegaste a verla, pero hace un tiempo escribí una entrada sobre una experiencia parecida, aunque en este caso no me encontré con el autor, claro.

    Un saludo.

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  10. Gracias, Homo libris, por tus palabras. Me alegro que te hayan llegado tan dentro las emociones descritas. A los que no trabajamos exactamente en lo que nos gusta (yo también soy biólogo pero no trabajo en plena naturaleza, como me gustaría) es en estas escapadas donde conectamos con la naturaleza, y nuestro yo se despierta, ávido de conocimiento por lo que nos rodea.

    Ya me pasaré por tu casa, para comentar.
    Hasta entonces, un saludo y gracias por pasar y por el comentario.

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